Jugar con lo que es verdad y con lo que es mentira

Mariela Yip

(Entrevista publicada en la revista KEKA, en 2010)

Independientemente de lo que queramos transmitir a quienes los consultan, ¿qué dicen nuestros perfiles sobre nosotros? Para saber un poco más sobre este tema, hemos conversado un rato con Mariela Yip, que es licenciada en Psicología y lleva más de tres años en SL, durante los cuales ha podido reflexionar sobre las conductas de muchos usuarios y sus significados.

–¿A qué se enfrenta un residente de SL cuando tiene ante sí su perfil en blanco?

–Lo primero que se nota es que la gente trata de dejar clara la diferencia que hay entre su vida real y su estrategia de juego, de esa manera se manifiesta la necesidad de fijar los límites sociales, de mantener a salvo la intimidad de cada uno. «En SL soy Fulano de Tal y eso es todo lo que tienes que saber». Pero también se puede ver que algunos agregan cosas como  «Si quieres saber más, pregúntame…», y así se reservan la posibilidad de discriminar hasta dónde informar sobre sí mismos. Lo considero una manera de protegerse ante peligros que son bien reales en este medio.

–He notado que algunos (especialmente chicas) tienen unos perfiles muy… ¿agresivos?

–Sí… a eso me refiero. En general, las mujeres, a causa de su condición de vulnerabilidad, optan por defenderse de esa manera: quien esté interesado en conocerlas un poco más debe saber dónde están colocados los límites. Esto se puede deber a las experiencias de cada una. Ninguna mujer quiere correr el riesgo de ser herida de manera emocional o física. Hasta cierto punto es normal, pero la agresividad excesiva de algunos textos denota una personalidad que no tolera la frustración que acarrean las relaciones humanas, ni en SL ni en la vida real. Conocer a alguien implica todo un proceso de reestructuración de situaciones que algunas personas no pueden tolerar.

–¿Hay o no hay, en estos casos, un deseo de relacionarse?

–En algunos casos puede tratarse de una especie de grito que exprese la necesidad de relacionarse a pesar de los propios miedos y limitaciones, pero también puede ser que ese sujeto, en las relaciones humanas, se inhiba hasta tal punto que tenga que mostrarse como mala persona para que no se le acerquen. En los dos ejemplos, se trata de una falencia de la persona en su relación con la sociedad… Y puedo apostar a que son iguales en SL y en RL (se ríe).

–También se ve lo contrario, perfiles de gente que no parece tenerle miedo a nada («Por curioso… un beso»).

–Y bueno, ahí entran las personas desinhibidas, mis preferidas.

–¿Son tan valientes como se muestran?

–Es que pienso que a ese tipo de gente le encanta relacionarse y jugar con las relaciones. Jugar con lo que es verdad y con lo que es mentira, jugar a ser ellos y jugar a ser otros. De eso se trata aquí, de verdades y mentiras. Se pone mucho en juego la confianza. Y claro, hay gente que perdió la confianza viviendo en este mundo (se ríe). Creo que esa gente a la que llamo «desinhibida» gusta de compartir sus cosas con otras personas que no conoce, quizá porque SL ofrece la posibilidad de descargar, de utilizar la palabra para el alivio de situaciones que en la vida real se verían interrumpidas por lo cotidiano. Los límites de la comunicación son puestos más a prueba en SL, porque lo que hacemos todo el tiempo es comunicarnos.

–¿Y por qué tanto refrán y tanto consejo?

– Y… es tan loco como si una persona que conociste hace tres minutos quiere aconsejarte sobre algo. Algunos los ponen porque consideran que suena intelectual y puede atraer a otro tipo de gente.

– Más que a intelectual suena a «sabio».

– Sí, hay quienes en SL, en RL y en la China van a querer pretenderse sabios. Los que ya tenemos un tiempo prolongado en SL sabemos un poquito más que lo que pueden saber los nuevos; entonces, bueno, hay gente pretenciosa que se quiere mostrar como lo que considera superimportante. Pero, visto de otra manera, también cada uno, en ese consejo, plasma algo de sí, ¿no? Me parece que los refranes y consejos son eso: se ponen para mostrar un poquito más de lo que se es.

–Es verdad que los consejos muestran algo de la persona, pero ¿qué ocultan?

–En SL puedes ocultar lo que quieras. En realidad, aquí la gente se muestra como quiere, puede mostrar lo que más le gusta de él/ella y ocultar lo que no considera perfecto. Puede ser que te dé un consejo y, quizás, él nunca lo haya aplicado… Es algo así.

–¿Hay sinceros también? ¿Se puede ser sincero en SL o en RL?

–La pregunta sería: ¿quieren ser sinceros? (se ríe). La prueba de los sinceros es a largo plazo. Sí, yo puedo opinar que hay gente sincera en SL, pero es porque en el transcurso de mi estadía en este medio tuve la oportunidad de conocer a las personas que me rodean. La prueba del tiempo es muy importante en Second Life. Cualquiera, al final, siempre descubre si todo fue una falacia o si fue auténtico. He conocido a personas auténticas, pero el problema de Second Life es que no sólo depende de quien emite sino también de quien recibe. Hay que saber leer a la gente, pero para eso es necesario un análisis lo suficientemente profundo como para discernir el calibre de la persona en cuestión.

¿Alguna última reflexión sobre este tema de los perfiles?

–En los últimos tiempos, los perfiles han evolucionado. La gente comparte más sus cosas de la vida real. Antes, quizás eras una joyita si ponías fotos reales en tu perfil, pero ahora la gente va metiendo su vida aquí y eso denota un cambio. Hay más riesgos que correr cuando te mimetizas con Second Life, estás más expuesto a tropezar y caer en las relaciones humanas que establezcas aquí. Como te decía, lo más importante es aprender a leer a las personas y no ir ciego por pensar que tiene un lindo avi y una frase sabia en el perfil. Vamos a por más en este mundo virtual y para algunos se ha naturalizado hasta el punto de que unen las dos cosas, su vida real y su Second Life. Hay que ser genuinos en ambas.